En su paso por la escuela de medicina, cada vez que Pablo Luchetti presenciaba una cirugía, le sorprendía que el cierre de la piel aún dependiera de una técnica tan artesanal e invasiva como la sutura.

La fuerza ténsil y la precisión son los dos pilares fundamentales para el cierre de una herida. Las técnicas de sutura atienden estas exigencias, pero a expensas de un daño adicional y de un entrenamiento complejo del cirujano.

Se necesitaba una técnica alternativa de mínima invasividad y de fácil aprendizaje. El primer desafío fue desconcentrar la fuerza ténsil de los bordes de la herida y trasladarla a la superficie de la piel circundante.

El segundo gran desafío fue obtener un molde de la piel intacta, antes del corte. Esta copia debía quedar almacenada en la memoria elástica del dispositivo para luego poder reproducirla en forma precisa en el momento del cierre. Así surgió el concepto de Inclode. Un parche autoadhesivo con un mecanismo de cierre incorporado.

El siguiente gran desafío era encontrar los materiales y el diseño capaces de copiar y reproducir a la piel intacta. Desde ese momento, Luciano Poggi se unió al proyecto para manejar las decisiones técnicas del producto y Diego Fridman se asoció para comunicar evidencia científica y establecer asociaciones con profesionales de la salud externos.